El lindo Don Diego

Nueva cita en el Principal, esta vez para ver El lindo Don Diego de Agustín Moreto, protagonizada por Fernando Conde y dirigida por Denis Rafter. Puesta en escena de una comedia en la que no faltaron las constantes risas del público. Y ésa era la intención del director: "Antes de todo, la comedia debe entretener".

La obra narra tres tipos de amores:

• Doña Inés-Don Juan: amor secreto que produce angustia.
• Doña Leonor-Don Mendo: el amor social por convención que en este caso resulta en flechazo.
• Beatriz y Mosquito: el amor carnal y pasional.

Como en toda buena comedia de enredo se cruza un personaje, el protagonista, Don Diego (el lindo Don Diego) interpretado por Fernando Conde que viene a enmarañar todo. Don Diego, un esperpento total, es un figurón clásico, en este caso un galán provinciano presuntuoso y afectado que sólo piensa en contemplarse en los espejos y cree tener rendidas a sus pies a todas las damas de la sociedad que se mueren de celos entre ellas.

Al final, todo acabará en su sitio, quedando Don Diego escarnecido y ridiculizado por todos los demás. Unas buenas interpretaciones en las que destaca Fernando Conde:

"Cuando me propusieron dirigir El lindo don Diego reconocí en seguida que en mis manos tenía una gran oportunidad, una vez más, de hacer reír a mucha gente y sabiendo que Fernando Conde iba a interpretar el gran personaje figurón clásico e inolvidable Don Diego, supe que era el actor perfecto para representarlo"

Rafter.

Gracioso también Mosquito (Adolfo Pastor). Acompañaban a los personajes en escena un coro de duendes, según Rafter (dice que le han perseguido durante toda la vida), de los que los protagonistas no son conscientes, forman parte de la escenografía y portan copas, bandejas, ...

Se juega con los vestuarios y, sobre todo, con la música, incluso hay breves coreografías o simulaciones de cámara lenta. Entre otras se podía reconocer un sirtaki griego o música clásica interpretada por Vanessa Mae. Tampoco faltó algún susto entre el público por la inesperada aparición de algunos personajes por el pasillo de butacas que interactuaban con el público.

En conclusión, una buena obra (extensa: dos horas largas con descanso) con la que reír y pasar un buen rato.

Como curiosidad: Fernando Conde es el tercero de Martes y Trece, aragonés, de Daroca y, en honor a su ciudad, puso de nombre a su compañía teatral Darek, denominación árabe de la urbe.