sábado, marzo 25, 2006

Amar después de la muerte

Una vez más, y como buena filóloga, debía asistir al teatro para ver Amar después de la muerte del clásico Calderón de la Barca (y mucho mejor cuando te invitan y vas de gratis jeje).

El resultado: una obra totalmente CONTUNDENTE y unas magníficas interpretaciones. Una puesta en escena muy cuidada, con una adecuada escenografía y un vestuario inmejorable (a veces pensabas que te encontrabas ante una versión cinematográfica por la minuciosidad). Tengo que decir que me impactaron aquellas escenas en las que se juntaban en el escenario un buen número de actores (eran 16), especialmente aquellas en las que aparecían los moriscos con una solemnidad y una coordinación muy atrayente.

La obra, algo diferente a las que podemos pensar cuando nos nombran a Calderón. Histórica. Cierto que resulta algo densa y el espectador debe ser aficionado o estar interesado en este tipo de historia.

Cuando Calderón escribe este drama, en torno a 1633, la figura del morisco pertenece ya al pasado. Ambientada en la sublevación de las Alpujarras y el reinado de Felipe II, la obra se basa en la trágica historia de amor de Don Álvaro Tuzaní (Joaquín Notario) y Doña Clara Malec (Pepa Pedroche). Tuzaní, el protagonista, no es un cristiano, sino un morisco que buscará la venganza a la muerte de su amada. Amor, Religión, Guerra, temas universales.

A destacar en el reparto los nombrados Tuzaní y Maleca, y también Alcuzcuz (Toni Misó) encargado de poner la chispa de humor en la obra y Garcés (Miguel Cubero), el asesino de Maleca.

Una muy buena opción y elección. Se me olvidaba, incluso podremos presenciar alguna escena de combate con espadas, y todos sabemos de la dificultad de estas coreografías.

En palabras de Eduardo Vasco, el Director de la Compañía Nacional de Teatro Clásico:

"Hoy hemos tratado de servirles esta comedia porque nos parece bella y contemporánea, porque nos enriquece, nos habla de asuntos que nos preocupan y nos muestra actitudes no tan lejanas ante las que nosotros elegimos los versos escritos por Calderón para el anciano morisco Malec: "...porque la violencia sobra/ donde la costumbre falta..."".

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Tras tantas representaciones vividas en los últimos meses, ya "necesitaba" yo un clasicazo en condiciones!!...

Una obra fiel al texto, con vestuario conforme a la época tratada... y lo más importante con interpretaciones ni contenidas ni sobreactuadas: interpretaciones de verdad!... y es que no entra cualquiera como actor/actriz en la CNTC.

Por mi parte, para no redundar, me limitaré a señalar otro nombre más: Emilio Buale. A pesar de no tener apenas texto, su sola presencia física en determinadas escenas, su movilidad, su gesticulación... y cuando tocaba su expresiva voz, daban un particular matiz a la representación.

Espero y deseo que la Compañía Nacional de Teatro Clásico no vuelva a dejar pasar 11 años como la última vez para su próxima visita a Zaragoza... porque de vez en cuando se necesita (yo por lo menos) ver teatro,teatro... teatro del bueno,bueno.

Ireth dijo...

Estoy totalmente de acuerdo contigo. Y sí, Emilio Buale llenaba la escena por su porte. Uffff, 11 años que no venían? pues sí, espero que vuelvan antes! De vez en cuando se necesita un cásico puro y duro (y recitado en verso).

Javini dijo...

Pues yo, en mi condición de ing. en informática, no me dejo caer demasiado por el teatro, a pesar de alguna recomendación de blogueros amigos; la verdad es que me gustaría cambiar esta costumbre... ¿me llevarás alguna vez, Mary? ;)

Ireth dijo...

Hola Damodar! Anda! Fuiste a ver la de Neruda, qué bueno! No sabía esta faceta de ti. Yo también la vi y la comenté aquí (para variar). Pues claro que puedes venirte cuando quieras, sólo tienes que decírmelo cuando veas una obra que te interese, que yo últimamente las veo casi todas. Tus amigos blogueros tienen buen gusto. Besikos!!!!