martes, mayo 30, 2006

San Francisco, juglar de Dios

Era difícil pero, de nuevo, MAGISTRAL.

Pensaba que iba a ser muy difícil superar la obra de la semana pasada pero, San Francisco, juglar de Dios, estuvo a la misma altura. Genial Rafael Álvarez, el Brujo. Lo que hace este actor lo hacen bien poquitos.

Rafael juega con el público, improvisa, recita y recita, y juega. Moldea a su gusto la obra escrita por Darío Fo. Se ríe, su humor es ácido en ciertos momentos: ni Fo ni él pretenden herir en su sentimiento religiosos a nadie dice: "no voy por ahí". Amigos, el teatro del absurdo.

Otra vez jugó con el descanso, la escenografía moderna y vanguardista compuesta por unas velas y unas pocas luces que tan pronto son árboles de un bosque o columnas de un templo. Introduce la actualidad: Benedicto XVI, Shakira, ... El resto, anécdotas parodiadas de la vida de San Francisco, el amigo de los animales. Ah sí, y guiños a Paco Rabal (el lobo) y a Fernando Fernán Gómez.

Ovación bien merecida del público. ¡Ya estoy deseando que vuelva!

3 comentarios:

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...

A pesar de haber transcurrido ya un tiempo, no podía permitir que un post sobre "El Brujo" se quedara sin ningún comentario...

Rafael Álvarez lo tiene todo para llenar interiormente a un espectador de su teatro monologado. Nunca se vio un dominio de situación, de texto, de empatía con el público, como el que nos demuestra el actor en cada representación.

Podremos teorizar y ejemplarizar sobre tendencias actorales varias, pero en ningún caso podremos encontrar a otra persona que haga lo que hace "El Brujo", porque sencillamente, si San Francisco era el juglar de Dios, Rafael Álvarez "El Brujo" es el juglar de los amantes del teatro.

Ireth dijo...

Gracias por no dejar a cero el post del inigualable El Brujo, Antonio (sin contar claro el spam publicitario debidamente eliminado...).

Sin duda Rafael nos embruja, es "el juglar de los amantes del teatro" como muy bien dices, y yo diría que de todos aquellos con dos dedos de frente que lo vean alguna vez sobre un escenario.

Se me olvidó mencionar en su día que la escenografía se completaba con un mural alegórico de la vida de San Francisco (muy al estilo de El Bosco jeje ;-)).