lunes, noviembre 06, 2006

Días sin nada


Y siguiendo con las tablas aragonesas, aún quedan unos días para disfrutar en el Teatro de la Estación de la obra "Días sin nada" de Rafael Campos. Interpretada por la compañía Tranvía Teatro, esta vez en las personas de Cristina Yañez, Pilar Molinero y Santiago Meléndez (también director de la obra).



Una mujer, acusada de crímenes de guerra, recibe la visita de una reportera de una revista médica. En el transcurso de la visita, hilados en la conversación, la mujer evoca algunos acontecimientos de su vida. A través de ellos, en el diálogo con la periodista, asistimos a una serie de episodios que indagan en asuntos como la existencia de una persona en condiciones extremas: una conflicto bélico, por ejemplo.


La indagación en una peripecia humana es la manera de abordar desde la escena, a través de la ficción propuesta, una reflexión que ofrezca alguna luz sobre las posibilidades del comportamiento humano en situaciones límite, cuando la línea regular de una vida se trunca por decisiones que toman otras personas.


Interesante opción teatral con un buen texto y una sobria pero estremecedora escenografía que nos enseña como, con un juego de luces y transparencias, y una música que se convierte casi en un personaje más, los vivos y los muertos van continuamente caminando de la mano. Destacar sin lugar a dudas la genial interpretación de Cristina Yañez en un papel desgarrado a la altura de una de nuestras mejores actrices locales.

1 comentario:

Ireth dijo...

Estoy totalmente de acuerdo contigo Elros, salvo en que creo que Cristina Yáñez debería merecerse más que sólo consideración local, interpreta de modo soberbio un difícil papel.

Destaco, como tú, la escenografía, me gustó mucho la elección para representar el más allá (o la voz de la conciencia, cada uno que elija lo que prefiera) velado por las cortinas, con los personajes moviéndose por alrededor de ella con una luz verde un tanto siniestra. Muy buen contraste de "mundos" con ayuda de estos cortinajes y de las luces.

Eso sí, escasísima afluencia al teatro, yo creo que debe desmoralizar a los actores.

¡Amigos, hay que ir al teatro!