Hace ya casi un par de semanas (perdonad por los retrasos) pude disfrutar en el Teatro del Mercado de la obra Basta que me escuchen las estrellas basada en la vida de Lope de Vega y sus textos.
En una estructura en cierto modo circular que comienza y termina con el maullar de los gatos de La gatomaquia, asistimos a la divertidísima puesta en escena de la compañía Micomicón de la biografía de este clásico del Siglo de Oro español. Amor y muerte vertebran la obra a partes iguales y desfilan ante nuestros ojos Filis (Elena Osorio), Isabel de urbina, Micaela de Luján, Juana de Guardo, Marta de Nevares, o el propio Góngora, entre otros.
Quizá demasiado larga y con un par de episodios algo desafortunados que recaen en el topicazo valenciano y andaluz, sobre todo el primero con paelleras como sombreros y naranjas colgando, Basta que me escuchen las estrellas es una obra recomendable para todos los públicos llena de buenas interpretaciones, destacando la de Manuel Agredano en el papel de Lope, que actualiza el clásico a nuestro tiempo con técnicas como el clown pero que también tiene el sabor del clásico del Siglo de oro con la música, canciones y danzas tradicionales.
Recordemos para finalizar el poema que da título a la obra:
Tened piedad de mí, que muero ausente,
hermosas ninfas deste blando río;
que bien os lo merece el llanto mío,
con que suelo aumentar vuestra corriente.
Saca la coronada y blanca frente,
Tormes famoso, a ver mi desvarío,
así jamás te mengüe el seco estío,
y esta montaña tu cristal aumente.
Mas, ¿qué importa que el llanto mío recibas,
si no vas a morir al Tajo, adonde
mis penas pueda ver la causa de ellas?
Tus ninfas en tus ondas fugitivas
y tu cabeza coronada esconde:
QUE BASTA QUE ME ESCUCHEN LAS ESTRELLAS.
A mí me basta que me escuchéis vosotros.
Miau...