El orfanato, esa gran película que aún me provoca pesadillas despierta y que sigue poniéndome en tensión cada vez que vuelvo a ver el trailer.
Habrá quién pensará que exagero al decir que, probablemente es una de las películas que más miedo me ha dado, lo que es seguro es que la escena de mayor terror que he visto hasta ahora es la de Geraldine Chaplin medium en la habitación con los niños... estremecedora (y ese tradicional juego del "1, 2, 3... toca la pared"...). Muchas veces he dicho que no da miedo lo que se ve (monstruos, zombies, asesinos, ...) sino lo que no, como dicen en la película "no se trata de ver para creer, sino de creer para ver", la maldita y peligrosa sugestión.
Una madre (Belén Rueda), un hijo (Simón) y unos niños, todos ellos huérfanos, personas que por una u otra razón son más sensibles al sufrimiento y al dolor, interconectados y unidos a un lugar, el propio edificio del orfanato donde se desarrolla una historia que encierra viejos crímenes pasados que buscan ser descubiertos. La desaparación de un hijo en extrañas circunstacias, la presencia de sucesos paranormales, de juegos que parecen venir del más allá y una madre que está dispuesta a todo con tal de buscar una respuesta a la desaparición de su hijo. Momentos de tensión, de angustia, de terror, de lágrimas... y sustos, El orfanato tiene todos los ingredientes para gustar y estremecer al público.
Pero no es sólo eso: bien rodada, con unas buenas interpretaciones y una buena historia con un sorprendente final. Excelente opera prima de Juan Antonio Bayona y con una Belén Rueda, perfectamente demacrada, que siempre sorprende en el cine acostumbrados a verla en televisión.
Una vez más, la muerte y la vida unidos y separados por una delgada línea que algunos decidirán atravesar.
A mí me fascinó, y creo que si se hace justicia debería de estar en los Oscar, se lo merece. Tendrá tópicos que se repiten en las películas del género, pero aún así a mí se me hace original, novedosa. Si me preguntan ahora, diría que es la mejor película de terror que he visto, superando a Los otros de mi querido Amenábar con la que otros la comparan. Más miedo e intensidad aquí a mi parecer.
Miedosos abstenerse ;-). Y, cuidado con Tomás, el niño del saco...