miércoles, agosto 09, 2006

Rafael Navarro y El Rey de las máscaras **/***



Tarde cultural la de ayer. Primero fuimos a ver la exposición de fotografía de Rafael Navarro en La Lonja que se puede visitar hasta el 20 de agosto, dedicada en su mayoría al cuerpo desnudo femenino: Cuerpos iluminados. La verdad, no me llamó la atención, para mí no era nada del otro mundo. Se podía dividir la muestra en tres apartados:

-Desnudo femenino: fotografías y claroscuros que, en ocasiones, hacían intuir formas o jugaban con velos y el movimiento.

-Miedos: así se llamaban una serie de cuadros de rocas sobre las cuales rompía el mar formando diferentes dibujos a nuestra imaginación.

-Dípticos: para mi gusto la parte más interesante. Cuidadas fotografías, una continuación de la otra aunque no tuvieran nada que ver como la que se muestra a la derecha.

En fin, que se puede ver pero no tiene nada de fascinante.

Y, después, nueva sesión del ciclo Cai: El Rey de las Máscaras, película china del director Wu Tianming de 1996. No sé, ahí estoy, entre ** y ***. La película está bien pero le falla algo. El tema central, dejando a un lado el arte de las máscaras y la ópera china, es el de la mujer y su marginación: el anciano sólo puede transmitir su maestría a un heredero que no sea mujer, y los papeles femeninos no pueden ser representados por ellas tampoco. Sociedad machista, pues, en la que veremos cómo las figuras femeninas de la película son las que sostienen al Rey, cuento con moraleja.

Pero hay algo que, a mi entender, la deja coja, no acaba de llegar. El Rey de las máscaras es un anciano actor callejero, maestro en el arte de cambiar de máscara tan rápidamente que parece magia. Este solitario hombre, sin mujer ni descendencia, sueña con un heredero varón al que transmitir su arte. Compra a Pichón pero los problemas surgen cuando descubre que, en realidad, es una niña.

Como curiosidad, decir que el arte del cambio de máscaras que ejerce el protagonista es un arte tradicional que solamente se enseña de maestro a discípulo y que, en 1987, el Ministerio de Cultura chino decretó que fuera secreto de Estado. La película obtuvo los premios a mejor director y actor en el Festival Internacional de Cine de Tokio y éste es el único de los seis largometrajes del director estrenados en España.

De todos modos, una buena propuesta diferente. No sé qué opinará Elros al respecto...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno, a mí las fotos que pone sí me gustan, supongo que en plan constructivo has elegido las que más te gustan, ¿no?
Y en lo del Rey de las Máscaras dices que hay algo que se queda cojo pero no dices qué es. Aunque me lo imagino: aún no he visto una película china que me haya gustado realmente.

Elros dijo...

Pues Elros opina que no le convenció ni una cosa ni otra...

Seré demasiado purista pero no concibo los montajes como "fotografía". Para mí la cámara, el fotógrafo y lo fotografiado son lo único necesario para este arte; me sobran los tratamientos informáticos, las creaciones forzadas para mejorar la calidad, y por supuesto la manipulación gratuita para conseguir una originalidad y una atención pública que igual no se tendrían con un simple disparo y revelado.

Y con respecto al "Rey de las máscaras", pues he de confesar que no me gusta nada el folclore chino, y después de sufrir su versión original, mucho menos su lengua... qué rallante!! Se da un exceso de sentimentalidad forzada que no hay quien lo aguante... En resumen, para olvidar!

Ireth dijo...

Sí, joseangel, cuando escribo sobre algo intento poner las fotos que más me han gustado o llamado la atención (siempre que estén disponibles en Internet y las encuentre claro).

Hombre Elros, tanto como para olvidar..., de todas formas uno siempre se puede quedar con el contexto. Abogas por la fotografía pura y dura, ahí está la dificultad: conseguir fotos artísticas sin retoques. Quizá éste y el de la exposición sean dos tipos de "arte" diferentes. No sé definir el cojeo, pero a mí la película no me disgustó. También es cierto que a mí lo folclórico chino o de otro lugar sí me gusta jeje. Aunque ambas cosas eran mejorables. Estoy totalmente contigo en lo desagradable del sonido, cómo chirriaban los oídos!