sábado, octubre 28, 2006

Archipiélago

Desde el 18 al 29 de octubre se puede ver en el Teatro del Mercado la obra Archipiélago dirigida por Mariano Anós. Elros y yo tuvimos la oportunidad de asistir a la representación de la misma en plenas fiestas del Pilar, programada en la plaza San Bruno, dedicada al Humor, clasificación que no vimos adecuada para el acto y que provocó la reacción de muchos asistentes que fueron abandonando progresivamente sus asientos, creemos que porque no entendían el espectáculo o porque no era lo que esperaban (no se trataba de reír a carcajada limpia).

La he denominado obra, pero no sé si es el calificativo más adecuado, quizá sería mejor hablar de un recital poético interpretado. Con ayuda de la música de José Luis Romeo y una escenografía algo futurista con bolas luminosas y una especie de focos de alambre, tres actores ataviados con túnicas y demás velos que dan juego en el transcurso de la interpretación recitan poemas escogidos de Lorca, Alberti, Machado, Darío, Luis Cernuda, Pedro Salinas, Miguel Hernández, Gabriela Mistral, Alfonsina Storni y otros autores del siglo XX.

"Archipiélago" era la palabra favorita de Rubén Darío, y los actores basados en los personajes de la comedia del arte italiana comparten con nosotros una tras otra esas islas que lo componen.

El trabajo es verdaderamente complejo, la dificultad a la que se enfrentan estos tres actores es considerable, ya que resulta verdaderamente complicado memorizar tal cantidad de poemas, recitarlos a varias voces, cantarlos e interpretarlos. Destaco la figura de un actor del panorama aragonés que, personalmente, me llama: Pedro Rebollo, del que descubrimos sus pinitos como cantante. No encuentro ninguna tacha con respecto a ellos, sí que echo en falta una mayor unidad temática o coherencia interna, pero al fin y al cabo es un muestrario de poesía que pretende hacernos sentir diversas sensaciones.

En mi opinión la selección es muy acertada: poemas muy musicales, revestidos de ese gusto por lo popular que los hace tan rítmicos y memorizables, infantiles incluso diría yo. Un espectáculo para “sordos, ciegos, niños y sabios” he leído en algún lugar, me parece muy acertado. Podéis imaginar el gran disfrute del filólogo jeje: "La princesa está triste...", el lagarto y la lagarta, "Las moscas" de Machado, y un largo etcétera, algunos verdaderamente entrañables. No puedo dejar de destacar "El aburrimiento" de Alberti que leí hace ya bastantes años y que en su tiempo llamó mi atención. Lo comparto con vosotros:


EL ABURRIMIENTO

Poema escénico


Me aburro.
Me aburro.
Me aburro.
¡Cómo en Roma me aburro!
Más que nunca me aburro.
Estoy muy aburrido.
¡Qué aburrido estoy!
Quiero decir de todas las maneras
lo aburrido que estoy.
Todos ven en mi cara mi gran aburrimiento.
Innegable, señor.
Es indisimulable.
¿Está usted aburrido?
Me parece que está usted aburrido.
Dígame, ¿adónde va tan aburrido?
¿Que usted va a las iglesias con ese aburrimiento?
No es posible, señor; que vaya a las iglesias
con ese aburrimiento.
¿Que a los museos -dice- siendo tan aburrido?
¿Quién no siente en mi andar lo aburrido que estoy?
¡Qué aire de aburrimiento!
A la legua se ve su gran aburrimiento.
Mi gran aburrimiento.
Lo aburrido que estoy.
Y sin embargo... ¡Oooh!
He pisado una caca...
Acabo de pisar -¡Santo Dios!- una caca...
Dicen que trae suerte el pisar una caca...
Que trae mucha suerte el pisar una caca...
¿Suerte, señores, suerte?
¿La suerte... la... la suerte?
Estoy pegado al suelo.
No puedo caminar.
Ahora sí que ya nunca volveré a caminar.
Me aburro, ay, me aburro.
Más que nunca me aburro.
Muero de aburrimiento.
No hablo más...
Me morí.

Es una apuesta algo densa pero interesante.

3 comentarios:

Elros dijo...

Una muy interesante apuesta la que nos encontramos por sorpresa aquella noche. Aunque algo desconcertante al principio, el recital interpretado (muy buena denominación Ireth) te iba atrapando hasta sentirte parte de él en cada poema que reconocías, en cada estrofa que autodeclamabas para tus adentros.

La gente, que por supuesto para Pilares sólo quiere "pan y circo" (¿o es lo que quiere siempre?), tras los primeros quince minutos comenzó a desfilar hacia entretenimientos más mundanos devolviendo a la poesía a su entorno natural: lo minoritario....


Pd: Lo de Alberti en su línea... aunque yo prefiero la versión apócrifa ;-)

JoseAngel dijo...

El archipiélago muy bonito. Pero Alberti ese día estaba más aburrido que inspirado, ¿no?

Anónimo dijo...

Qué bonita propuesta, me hubiera gustado haberlo visto en pilares... Teatro y poesía en la calle, de vez en cuando la Arcadia se nos aparece por aquí ;-)